.Coldplay. Fix You (Te confortaré)  

 

«Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo tengáis vida en su nombre»

 
  

 
 
 
 
 
 
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles

Por mano de los apóstoles se realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo.
Todos se reunían con un mismo espíritu en el pórtico de Salomón; los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente se hacía lenguas de ellos; más aún, crecía el número de los creyentes, una multitud tanto de hombres como de mujeres, que se adherían al Señor.
La gente sacaba los enfermos a las plazas, y los ponía en catres y camillas, para que, al pasar Pedro, su sombra, por lo menos, cayera sobre alguno. Acudía incluso mucha gente de las ciudades cercanas a Jerusalén, llevando a enfermos y poseídos de espíritu inmundo, y todos eran curados.

Hch 5,12-16

Salmo Responsorial

R. Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia. R

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R

Sl 117,1-4.22-27a (R.: 1)

Lectura del libro del Apocalipsis
Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la constancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra, Dios, y haber dado testimonio de Jesús.
Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente que decía: «Lo que veas escríbelo en un libro, y envíaselo a las siete Iglesias de Asia. » Me volví a ver quién me hablaba, y, al volverme, vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos una figura humana, vestida de larga túnica, con un cinturón de oro a la altura del pecho. Al verlo, caí a sus pies como muerto.
El puso la mano derecha sobre mí y dijo:«No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo. Escribe, pues, lo que veas: lo que está sucediendo y lo que ha de suceder más tarde.»

Ap 1,9-11a.12-13.17-19

Lectura del santo Evangelio según Juan

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»  Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados! quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. » Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.» Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.» Contestó Tomás: «¡Señor Mío y Dios Mío!» Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto. Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo tengáis vida en su nombre.

Jn 20,19-31

"Creure per tenir vida"

La finalitat dels evangelis la trobem clarament al final de les paraules que llegim avui: Jesús va fer en presència dels deixebles molts altres miracles que no trobareu escrits en aquest llibre. Els que heu llegit aquí han estat escrits perquè cregueu que Jesús és el Messies, el Fill de Déu, i havent cregut, tingueu vida en el seu nom. Els apòstols han cregut en el Crist ressuscitat i per això poden curar, donar vida: Els apòstols obraven molts miracles entre el poble. Fins pels carrers la gent treia els malalts i els deixava allà amb les lliteres perquè quan Pere arribava, almenys la seva ombra en toqués alguns... tots recobraven la salut. Això no és obra de Pere perquè és un gran taumaturg sinó per obra del poder del Ressuscitat que actua en ell... Però Crist ha donat als seus apòstols poders encara més extraordinaris: Rebeu l’Esperit Sant. A tots aquells a qui perdonareu els pecats els quedaran perdonats, però mentre no els perdonareu quedaran sense perdó. Ara bé cal creure en Crist i als apòstols tampoc no els va ser fàcil de fer-ho. Ho veiem en Tomàs: Si no li veig a les mans la marca dels claus, si no li fico el dit dins la ferida dels claus, i la mà dins el costat, no m’ho creuré pas. I això que els companys li havien dit: Hem vist el Senyor. Però ell no se’ls creu: vol tocar, vol constatar; potser pensa que els altres s’han deixat enganyar veient el Crist quan era un fantasma. Però quan Crist torna a fer-se present, llavors, abans de tocar-lo ja confessa: Senyor meu i Déu meu. Una esplèndi da confessió de fe. I Jesús diu unes paraules molt consoladores per a nosaltres que no hem tocat el Crist: Feliços els qui creuran sense haver vist. Nosaltres som feliços si creiem en ell. A la segona lectura diu Crist: Jo que era mort, ara visc per sempre més i tinc les claus de la mort i del seu reialme. La mort ja no té cap poder, només el té Crist, viu per sempre més. Ja s’ha acabat el poder de la mort. Ara regna la vida per sempre més.

Mn. Jaume Pedrós

Música Sacra

Con el nombre de Música Sacra agrupamos las obras musicales cristianas que a lo largo de la historia han creado los grandes compositores para destacar la obra de Dios. Nació en Europa en la Alta Edad Media con los ritos cristianos en el ámbito de las iglesias. Los antiguos cantos medievales dieron paso a las Misas y Cantatas del Barroco.

La época dorada de la música religiosa se inicia con los cantos gregorianos, alcanzan la mayoría de edad con Johann Sebastian Bach, continúa con Mozart y finaliza con las Misas de Beethoven. Mas tarde la musica sagrada deja de tener tanta importancia en la vida social y los compositores se acuerdan de ella excepcionalmente.

Glória de Vivaldi

Réquiem de Mozart Passió segons sant Joan. Bach
El Messies de Händel I El Messies de Händel II El Messies de Händel III
La Passió segons sant Mateu I La Passió segons sant Mateu II Messa da Réquiem de Verdi


 

  

 

 
 
 
 
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